El Gobierno de Castilla-La Mancha ha anunciado, a bombo y platillo, que en el próximo curso escolar se abrirán 11 nuevos comedores escolares, “para dar respuesta al aumento de demanda que ha experimentado este servicio ofertado por la Junta de Comunidades al alumnado de 2º Ciclo de Infantil y de Educación Primaria”. Lo que no cuenta es que estos comedores escolares no contarán con personal de cocina propio de la Junta, si no que serán externalizados a empresas de catering.

También nos cuentan que “con estos 11, el número de comedores escolares abiertos desde el inicio de la actual Legislatura pasa a ser de 56, un dato que llevará a nuestra comunidad autónoma a tener un total de 374 comedores escolares en el curso 2017-2018”, pero lo que se les olvida mencionar es que solo 45 comedores escolares de los 374 cuentan con personal propio, según la RPT del personal laboral de la Junta, y que durante esta legislatura no se ha creado ni una sola plaza pública para los comedores escolares, pero sin embargo sí que se han ido suprimiendo plazas en las distintas Mesas Técnicas que se han ido celebrando, por ejemplo:

  • Código 0770 Cocinero, R.E. Paseo Viejo Florida de Almagro (CR).

  • Código 758, Ayudante Cocina. CEIP Ntra Sra de la Paz (Corral de Calatrava)

  • Código 1244 Ayudante de Cocina, CEIP Isidro Almazán (GU)

  • Código 512 Cocinero CEIP Tomás Navarro (La Roda)

  • Código 1516 Cocinero IES San Isidro (Talavera)

  • Código 0764 Cocinero CEIP Ntra Señora del Rosario (Porzuna)

  • Código 0765 Ayudante Cocina CEIP Ntra Señora del Rosario (Porzuna)

  • Código 0760 Ayudante de Cocina CEIP Ntra Señora de las Mercedes (Los Cortijos)

  • Código 0496 Cocinero encargado 1ª CEIP Mariano Munera (La Gineta)

La mayoría de estas plazas mueren por jubilación del titular, ya que en vez de cubrirlas con nuevo personal interino, se opta por un cambio en el modelo de gestión, que se deja en manos de una empresa externa o de catering. También hay casos verdaderamente lacerantes, como las plazas en el IES San Isidro de Talavera que son trasladadas cuando se inicia la reforma de la cocina, y una vez finalizada la obra, cuando ya se ha efectuado la inversión dinero público, y las instalaciones están en perfectas condiciones, se cede a una empresa para que la gestione.

El debate sobre la privatización de los comedores escolares, que viene desde los tiempos de Bono, tiene dos vertientes principales: la laboral y la calidad del servicio. En la primera vertiente se puede observar como el personal de cocina externalizado cuenta con unas condiciones laborales precarias, al estar sometidos a la reforma laboral del PP y no bajo el paraguas del Convenio para el personal laboral de la Junta, bastante más digno y garantista para los trabajadores y trabajadoras. Algo que el gobierno regional consolida con cada externalización que lleva a cabo.

Esta dinámica privatizadora y de desmantelamiento del empleo público en los comedores escolares, se puede ver perfectamente en la última Oferta de Empleo público para el personal laboral, donde no aparece ninguna plaza de Cocinero, ni de ayudante de cocina, por el sistema de opción libre. Sustituyendo la igualdad, mérito y capacidad para el acceso al empleo público, por una red clientelar de colocación indirecta.

La segunda vertiente, la calidad del servicio que se ofrece a nuestros hijos e hijas, nietos y nietas, es otra de las grandes víctimas de este modelo de gestión. En la Guía de alimentación para comedores escolares de la JCCM (*), queda de manifiesto la importancia de la comida del medio día, sobre la que recae el 30-35% de la ingesta total diaria, y la importancia del comedor escolar para adquirir unos correctos hábitos alimenticios, que serán decisivos en la edad adulta. Estamos totalmente de acuerdo, pero desde STAS-CLM nos preguntamos ¿Cómo se inculcan mejor los hábitos saludables de alimentación: con una cocina basada en el consumo de productos frescos y cocinados al instante, o con un modelo de catering basado en el sistema de la ‘línea fría’, que luego se recalienta a la hora de servirlo?

Las quejas no son solo sindicales, el presidente de la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA), José Luis Pazos declaraba al inicio de curso que «a medida que los centros han prescindido de las cocinas de gestión propia para pasar a externalizar el servicio y ponerlo en manos de las grandes empresas de catering que trabajan con el sistema de la ‘línea fría’, el número de quejas de los padres ha ido en aumento», y en nuestra región la Federación de AMPAs de Toledo ya denunció este curso la “poca cantidad de comida y, además, poca variedad en los menús”, y que en “muchos centros los niños se marchan a casa con hambre”

Como todos los temas importantes, este pasó por las Cortes , concretamente el pasado 22 de junio de 2017, en un debate general sobre la situación del Empleo Público. Como puede leerse en el Diario de Sesiones, Podemos presentó una resolución, bastante ingeniosa, en la que en el punto primero citaba, tal cual, parte de la ponencia política y social de los documentos aprobados en el trigésimo noveno Congreso Federal del PSOE, donde se remarcaba su “apuesta por la gestión directa de los servicios públicos en la medida que contribuyen a la prestación de un servicio a la ciudadanía más eficiente y de mayor calidad y al mantenimiento de empleos más estables y de más calidad.”. La resolución, en su punto 2, pedía expresamente “paralizar inmediatamente las privatizaciones de servicios en comedores escolares y del personal de mantenimiento en las Escuelas Infantiles, y cubrir esas plazas con personal laboral de la Junta”.

Tras un intenso debate entre Ruiz Molina (Lord Commander), David Llorente (Podemos), Blanca Fernández (PSOE) y Ana Guarinos (PP), llegó el momento de las votaciones, donde cada cual quedó retratado. El PP se abstuvo, mejor ponerse de perfil tras 4 años de tropelías y recortes, que llegaron al punto de utilizar la recaudación para los comedores para financiar los centros. El PSOE votó en contra, ya le puede venir Pedro Sánchez o San Pedro bendito a decir lo que quiera sobre las políticas de izquierdas y la socialdemocracia del siglo XXI, que Ruiz Molina tiene clarísimo cual es su modelo de gestión, y no pasa precisamente por ahí. Dejando de esta manera solos a Podemos que, pese a ver rechazada su resolución, salieron fortalecidos del Pleno. El problema de Molina (Lord Varys) es que una de las principales justificaciones del rechazo a los presupuestos, en abril, fue la defensa de la gestión pública directa de los servicios públicos, mientras ahora va a aceptar sillones en el mismo gobierno que externaliza y privatiza. No sabemos si a partir de este momento optará por callar, o criticar con la boca chica, lo que que antes denunciaba a los cuatro vientos, pero lo que parece claro es que, en tal caso, deberá asumir el alto coste de credibilidad de quien es partícipe de un gobierno que impone esas políticas.

Y una vez aquí, y ante la palpable soledad parlamentaria de nuestras reivindicaciones, lo que debemos preguntarnos es ¿Qué futuro queremos para los comedores escolares? Y en realidad la respuesta es muy sencilla, el futuro de los comedores escolares será el que decidamos entre todos y todas. Las AMPAs, los movimientos sociales, los sindicatos, las y los empleados públicos, y la ciudadanía en general, debemos asumir de primera mano la responsabilidad de garantizar una calidad digna para nuestros hijos e hijas, nietos y nietas, en los comedores públicos, que pasa inevitablemente por conseguir que la Consejería de Educación asuma la gestión directamente y con personal propio.

¡Por unos servicios públicos y de calidad!

¡La lucha continúa!

(*) “La infancia constituye una etapa de la vida en la que una correcta alimentación tiene gran importancia. Cualquier malnutrición (por exceso o por defecto) puede tener repercusiones negativas para la salud a corto y largo plazo. […]

Hoy en día, el hecho de que ambos progenitores trabajen fuera del hogar y la posibilidad de que el colegio se encuentre lejos de la vivienda, hace que cada vez sean más los/las alumnos/as que realizan la comida del mediodía en el centro escolar. Dada la aportación a la energía total de la dieta que en nuestro país supone la comida principal del mediodía, el comedor escolar contribuye significativamente a la alimentación de los escolares (30-35% de la ingesta total diaria). Por tanto, el servicio de comedor escolar debe proporcionar un menú palatable, seguro y nutricionalmente adecuado.

Los hábitos adquiridos en la infancia son decisivos en el comportamiento alimenticio durante la edad adulta, por lo que es imprescindible que el comedor escolar no se conciba sólo como un espacio físico necesario para el suministro de alimentos, sino que sea el marco en el que diariamente los/las niños/as aprendan a comer y alimentarse, adquiriendo así hábitos adecuados que les permitan mantener una alimentación correcta a lo largo de su vida adulta”

Guía de alimentación para comedores escolares JCCM.